martes, 1 de noviembre de 2016

Ya no somos agua


José Joaquín Rodríguez Lara


Aseguran que el 60% de cada persona es agua, pero no dicen la verdad. El mayor ingrediente -desde luego, mucho más del 60%-, de un ser humano es publicidad. 


Somos anuncios ambulantes; de ropa, de calzado, de adornos, perfumes y de otros complementos. En la piel llevamos tatuados nombres y símbolos. Exhibimos medallas, insignias y confesiones deportivas, religiosas, políticas, étnicas... Publicitamos nuestro éxito, nuestro miedo, nuestro deseo, el fracaso, la ansiedad. Utilizamos aparatos de comunicación -teléfonos móviles, equipos de música, tabletas, etcétera- a los que llamamos por el nombre de su marca. Hemos pasado del "Pienso, luego Existo", que dijo Descartes, al 'Compro, luego estoy en la primavera de El Corte Inglés', que patrocina este desahogo, lo mismo que la marca Mercedes, de Fórmula 1, le ha patrocinado una mano biónica (35.000 libras esterlinas) a un muchacho de 14 años, manco, a condición de que lleve en ella el anagrama de la escudería. 


Los necesitados de riñón abstenerse, que en el riñón el logotipo no se ve. Nada nuevo. 


Al fin y al cabo a Cervantes se le nombra mucho más como 'el manco de Lepanto' (otra escudería) que como 'el autor del Quijote.


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