sábado, 6 de agosto de 2016

- El cine ya no es un arte. Es una industria y un negocio.
Bastante maloliente en ocasiones.
Es más digno fabricar lejía que hacer cine,
pues los fabricantes de lejía advierten, en el envase,
sobre los peligros que acarrea el uso irresponsable de su producto,
y los fabricantes de cine no avisan al usuario.


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