miércoles, 2 de marzo de 2016

El color de la intemperie política


José Joaquín Rodríguez Lara


España necesita una reforma, una mini transición política, un ajuste fino. Poca cosa. Sin embargo, albañiles veas por tu casa, que dice la maldición gitana.

Tras el naufragio de la dictadura franquista, entre todos nos construimos una vivienda y en ella llevamos casi 40 años, pero el inmueble empieza a necesitar una puesta a punto antes de que se nos caiga el tejado encima. Las grietas de siempre van a más; la salita del Senado, concebida como espacio para el encuentro de la familia, se utiliza para otros menesteres y sale muy cara; por los pasillos hay diputaciones y otras antigüedades absolutamente superadas por la realidad y, en general, el mundo ha cambiado tanto durante los últimos 40 años que nuestra casa empieza a tener aires de museo, de alojamiento incómodo, de obsoleta pensión abarrotada de pensionistas. La casa necesita una reforma con urgencia. Tenemos que obrar. No hay más remedio. 

- Pero ¿dónde están los albañiles para sacar adelante esta obra?

- En el Congreso.

- ¿Y qué hacen?

- Discuten.

- ¿Sobre la reforma?

- No. Sobre si son albañiles diestros o son albañiles zurdos.

- ¡Ah!, pues qué bien. Menos mal que, hace 40 años, cuando hubo que levantar desde los cimientos la casa que nos acoge, el rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Felipe González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Josep Tarradellas, el cardenal Tarancón y el sufrido pueblo español se arremangaron los puños de las camisas y se pusieron manos a la obra, sin importarles si ponían los ladrillos con la derecha o lo hacían con la izquierda. 

Entonces hubo personas que se habían conocido en el campo de batalla, en la Guerra Civil, con presentaciones a tiro limpio, y que aparcaron sus odios para contribuir a sacar el país adelante. Fueron generosas. Antepusieron nuestro futuro a su pasado. Hay que darles las gracias. 

Si la Transición, si la Constitución, si la Democracia..., si hubiésemos tenido que construir aquella España con un capataz como Rajoy, con un oficial como Sánchez y con peones como Rivera, Iglesias y compañeros de cuadrilla, llevaríamos 40 años al raso.

Y lo que es peor, seguiríamos discutiendo sobre de qué color es la intemperie. 

¿El frío es de izquierdas o es la lluvia la que es de derechas?


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