lunes, 19 de octubre de 2015


Els Joglars llena el teatro de Badajoz con un pequeño dictador


José Joaquín Rodríguez Lara


El público ha llenado completamente el teatro López de Ayala para asistir a la primera representación del 38 Festival de Teatro de Badajoz. Era lunes y llovía. El López de Ayala se ha llenado de personas maduras, en su mayoría, para ver una obra que las critica con dureza.


Se ha representado 'VIP' (Very Important Person) de Els Joglars. No está claro si la obra es una comedia negra o si, por el contrario, es una tragedia blanca. Lo que parece evidente es que está inspirada en la vida misma.


'VIP' trata de reflejar desde la escena, desde el universo de los actores, algo que sucede fuera del teatro, en el escenario de los espectadores. Muestra lo que ocurre con una parte importante de la población: la infantil. El mensaje de 'VIP' es muy sencillo: por incapacidad, por hastío, por dejadez, por cansancio, por indiferencia, por estupidez, por bobería y por un millón de sinrazones más, a los niños actuales se les está consintiendo todo. Ni en la escuela ni en el hogar ni tampoco en la calle se les educa como ciudadanos respetuosos, sino que se les incita a transformarse en tiranos, se les corona como reyezuelos, se les convierte en personajes insoportables.


Esto ya lo decía Sócrates cuando se quejaba de la mala educación de la que hacían gala los jóvenes de su época (siglo IV antes de Cristo), y estoy convencido de que los tiranos, reyezuelos e insoportables niños del primer cuarto del siglo XXI -es decir, muchos, aunque afortunadamente no todos, de los de ahora mismo- también lo dirán de sus hijos y de sus nietos.


Nada nuevo hay bajo el sol. Ni mucho menos sobre las tablas del López de Ayala, donde el teatro es vida y, cada carnaval, las murgas dan rienda suelta a todas sus ocurrencias.


La puesta en escena de 'VIP' y la actuación del elenco catalán es marca de la casa. Els Joglars tiene su propio sello de calidad. Por eso llenan las salas. Al público, en general, le gustó la obra. Al menos eso indicaban los comentarios que se escuchaban a la salida del patio de butacas de López. No obstante, los espectadores se rieron poco. Ignoro si porque les costaba tomarse a broma algo tan serio y que, desgraciadamente, conocen muy bien, o porque el humor de 'VIP' es demasiado grotesco, cuando no burdo, lo que choca con la trascendencia del asunto abordado.


El pequeño dictador de 'VIP' está muy lejos de alcanzar la elegancia artística de 'El gran dictador', de Chaplin, y la escenificación de la concepción, de la gestación y del nacimiento de Lucas, el niño insoportable, no llega, en la obra de Els Joglars, a los niveles de hilaridad de 'Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar', de Woody Allen, pero, lógicamente, el cine tiene capacidades que al teatro le están vedadas. Son comparaciones heterogéneas; si se aducen aquí es para significar que la falta de elegancia juega, en mi opinión, en contra del mensaje de 'VIP'.


No obstante, el público, aunque riera poco, aplaudió y comentó la obra. Hay quien criticaba cierto desequilibrio entre las diferentes partes del montaje, pero, más allá de gustos personales, cuando el teatro está lleno, cuando el público aplaude y comenta lo bueno y lo menos bueno del espectáculo que acaba de ver, puede hablarse con total propiedad de una cosa: éxito.


El nacimiento de Lucas, niño isoportable. (Imagen bajada de http://www.comedia.cat/es)


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