jueves, 27 de agosto de 2015

Los Premios Ceres y el órdago a Vara


José Joaquín Rodríguez Lara


Acaba de celebrarse la gala de entrega de los Premios Ceres con la brillantez y con la densidad acostumbrada. Los juegos de artificio, geniales. El láser deja chico al rayo de Zeus. Las proyecciones sobre el frente escénico, bonitas, aunque algo vistas ya. Carlos Sobera... Sobera nació para presentar. Él dice que es bilbaíno, pero miente; es presentador.

 

Resultó muy emotivo el recordatorio a los artistas que han hecho su mutis final durante los últimos meses. Aplausos para todos. Más intensos para los más conocidos y especialmente afectuosos para Lina Morgan, que se ha ido, pero sigue al lado de su público.


José Mercé y Luz Casal le pusieron voz a la música y arte al sentimiento. El público se lo agradeció.


Los galardonados... La familia, bien, gracias. Los galardonados son numerosos y personas muy afortunadas. Tienen trabajo. Lo hacen bien. El jurado se lo reconoce con el premio Ceres. El Gobierno de Extremadura organiza una gala en el Teatro Romano de Mérida en su honor. Tres mil personas les aplauden desde las caveas. Y muchas más presencian la ceremonia a través del televisor. Miel sobre hojuelas. ¡Ah!, y también se lo dedico a...


El galardón a toda una trayectoria lo ha recibido este año José Sacristan. El actor se lo merece y prestigia al premio. Sacristán es todo un cardenal de la interpretación.


¿Y el IVA cultural? Achacoso, pero en pie de guerra. El IVA cultural es el monotema de la gente del teatro. Una gente que tiene todo el derecho del mundo a quejarse y a pedirle al ministro de Hacienda que le afeite los pitones al 21%, lo que ocurre es que aburre a las ovejas. Y aburrir es el único pecado que no se le puede perdonar a alguien que pretenda vivir, o simplemente sobrevivir, gracias al espectáculo. Seguramente sobra IVA, pero también falta imaginación.


Este año, en el colmo de los colmos, nos ha contado la tragedia del IVA cultural hasta un señor que no se la sabe, o que no sabe contarla, o que no sabe lo que es una entrega de premios que se está graVando (con pitones de IVA cultural) para emitirla por televisión, o que en vez de sentido común funciona con pilas Duracell. Ni aplaudiéndole se paraba el hombre.


En la gala de los Premios IVA, perdón, de los Ceres Culturales, ha estado don Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, al que le han lanzado un órdago, como si, en vez de una gala cultural, en el Teatro Romano de Mérida se estuviese jugando una partida de mus.


El órdago se lo ha lanzado, de presidente a presidente, el actor Antonio Resines, presidente de la Academia de Cine, que ha animado al presidente de la Junta a mantener aquella parte de la política cultural -Premios Ceres, Festival de Teatro...- que el Gobierno de don José Antonio Monago hizo bien.

Pero no quedó ahí la partida de cartas. Antes de guardar los naipes, Carlos Sobera hizo un envite a chica, expresando su deseo de volver a encontrarse con el público -con su público podría haber dicho con toda propiedad- en la gala de los Ceres del año que viene.

¿Vendrá Sobera a presentar los Premios Ceres del año próximo? ¿Habrá Premios Ceres el año que viene? Si alguien lo sabe es don Guillermo Fernández Vara. Es un asunto de su exclusiva responsabilidad pues, además de ser presidente de la Junta de Extremadura, se ha asignado a sí mismo las competencias en materia de cultura.

Que venga o no venga Sobera es algo que ya se verá. De lo que no hay duda es de que, tanto si viene como si no viene, el IVA seguirá dando cornadas.


Quousque tandem abutere, Montoro, cultura nostra?


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