jueves, 23 de octubre de 2014

Teatro de Azoro ofrece en Badajoz un alegato genial


José Joaquín Rodríguez Lara


Maravilloso, tétrico, fascinante, soberbio, increíble, sorprendente, atroz, brillante, preciso, precioso, imprescindible, desgarrador, lúgubre, hiperrealista, sobrecogedor... 


Todos estos elogios, pues elogios  son, y muchos más se merece el espectáculo 'Los más solos', que la compañía salvadoreña Teatro del Azoro ha presentado en el 37 Festival de Teatro de Badajoz. Una obra de arte que agarra al espectador con la historia que cuenta, lo cautiva con la puesta en escena y lo desarma con la interpretación. Sencillamente genial.


Escena del inicio de la obra.
 (Imagen publicada por www.pasionporlacultura.es)

La obra está inspirada en el artículo 'La Caverna de Chorejo', publicado en el periódico digital El Faro, y en un trabajo de investigación realizado durante nueve meses en el ala penitenciaria de un hospital psiquiátrico salvadoreño, según anuncian sus intérpretes. La codirigen sus creadores, Egly Larreynaga y Luis Felpeto, un pacense que salió de Badajoz cuando tenía tres años y ha vuelto a su ciudad natal para hablarle desde las tablas del teatro López de Ayala. La disfrutan quienes tienen el acierto de asistir a su representación.


'Los más solos' cuenta las atrocidades que sufren los presos recluidos en el ala psiquiátrica de una prisión de El Salvador. Y lo hace con tal crudeza que nos retrotrae a la locura de los antiguos manicomios. Salvo que el manicomio doblemente carcelario al que se refiere la obra no es antiguo, sigue abierto y los cuatro internos cuyas desgracias se cuentan desde el escenario, además de tener nombres, apellidos y motes, son de ahora mismo, no de un pasado remoto. El teatro es con frecuencia un trasunto de la vida, pero 'Los más solos' refleja de modo tan descarnado la realidad que, más que un reflejo de la vida, es la vida misma.


Cuatro personajes tiene la obra y cada uno de ellos vive agarrado a su cama, un somier plegable que sirve como camastro, como reja del penal, como portería para jugar al fútbol dándole patadas a una zapatilla, como pareja de baile, como trinchera, como arma, como máquina de tortura y hasta como perro. La interpretación es tan buena que la razón no puede evitar el engaño. Hay tanta precisión y tal calidad en los movimientos, en los ruidos, en los gemidos, en las palabras, monocordes, reiterativas, inconexas como cuentas que se desparramen por el suelo al romperse el hilo del diálogo, que casi nadie cae en la cuenta de que los cuatro personajes varones presos en el pabellón psiquiátrico salvadoreño están interpretados por cuatro mujeres, Paola Miranda, Pamela Palenciano, Alicia Chong y Egly Larreynaga, a las que el público, que permaneció en absoluto silencio durante la representación, premia con una larga ovación por haberle hecho disfrutar de un espectáculo tan bueno y tan interesante como 'Los más solos', que es un alegato sobrecogedor contra la locura atroz de los manicomios para presos con problemas mentales.



2 comentarios:

  1. Muy buena entrada. Que bueno que le gustó esta gran obra de teatro y, al mismo tiempo me siento orgullosa de haber podido verla en mi tierra salvadoreña. Un gran grupo de teatro como lo es TEATRO DEL AZORO.

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  2. Muchas gracias, Lupita. Fue un placer asistir a la representación en el teatro López de Ayala, de Badajoz, España. Un trabajo de gran calidad. Me lo pasé muy bien.

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