miércoles, 2 de julio de 2014

El colesterol del INEM


José Joaquín Rodríguez Lara


El INEM lleva algunos meses dándonos buenas noticias. Las novedades no dan aún para tirar cohetes, pero sí para empezar a imaginarse como difuminarán las tinieblas de la crisis el día que, por fin, podamos tirarlos.

En Extremadura, el paro bajó en 3.493 demandantes de empleo en junio, situándose el total de parados en 134.650 personas. La afiliación a la Seguridad Social, la 'lista del empleo', un dato mucho más fiable que la 'lista del paro', aumentó en 4.780 cotizantes en la región.

En el conjunto de España, la demanda de empleo bajó en 122.684 personas, lo que constituye la segunda mayor caída en este periodo desde 1996. La Seguridad Social ganó 56.622 afiliados ese mismo mes, registrando el mejor dato desde el año 2007.

Son las grandes cifras de un padecimiento que, si no termina de curarse, al menos parece que empieza a remitir. Son números que encuadran realidades a veces muy hirientes y, por eso mismo, es prácticamente imposible que nos satisfagan.

Pero mire usted, lo bueno y lo malo son valores relativos, pues dependen siempre de con qué se comparen, del espejo en el que se miren. Entre todos hicimos naufragar el 'estado del bienestar' y seguimos chapoteando en el charco de la crisis, pero parece que empezamos a nadar. Llegar a la orilla sanos y salvos o volver a subir al barco del desarrollo nos va a costar mucho tiempo y esfuerzo, pero que podamos mantener la cabeza fuera del agua ya es algo. Y mantenerla durante varios trimestres empieza a ser mucho, a pesar de los 4,4 millones de personas que aún buscan empleo en el INEM.

Así que no hay motivo para la desesperación; todo lo contrario. Tampoco hay razones para la euforia; ni mucho menos. Contra la dificultad no hay herramienta más eficaz que el realismo. Un realismo que no está reñido con la ilusión y con el empleo de soluciones imaginativas, pues al fin y al cabo son soluciones, pero sí es enemigo acérrimo del ilusionismo, de la fantasía sin remedios.

(Foto publicada por afdaestiloymagisterio.blogspot.com)
Cierto es que, en la mayoría de los casos, la disminución del paro no conlleva empleo fijo, estable y bien pagado, pero es mejor tener un empleo precario y aspirar a otro mejor que no tenerlo ni aspirar a conseguirlo. El rábano del paro se valora casi siempre por las hojas en vez de por la raíz, por lo negativo y no por lo positivo. No debería ser así.

Ocurre hasta con los datos de un mes como el de junio del 2014, en el que han subido el empleo y el número de afiliados a la Seguridad Social y, sin embargo, hay quien le censura que haya aumentado el número de demandantes de empleo en el apartado 'sin empleo anterior'.

¿Cómo es posible que se critique ese aumento cuando se produce en junio, mes en el que muchos estudiantes terminan sus estudios y aspiran a trabajar? ¿Cómo se puede criticar que haya más 'parados' 'sin empleo anterior' cuando eso indica que hay más personas deseosas y dispuestas a trabajar, personas que se incorporan al mundo laboral porque no han trabajado nunca o lo han hecho en la economía sumergida y ahora se inscriben como demandantes de empleo legal en las listas del INEM? ¿Por qué es malo que aumente el número de personas que se incorporan al mundo laboral? ¿Acaso no es natural, no es ley de vida?

Que haya más demandantes de empleo sin empleo anterior incrementa las listas del paro, pero es como el colesterol bueno, que beneficia al organismo y demuestra salud, aunque siga siendo colesterol.



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