martes, 10 de junio de 2014


Primas y primos


José Joaquín Rodríguez Lara


En España sobra caridad y falta justicia. Este es el país de los actos benéficos que, en no pocas ocasiones, benefician en primer lugar a quienes los organizan; tenemos un país firmemente convencido de que la caridad empieza por uno mismo y en el que encanta ayudar a los necesitados no aportando fondos propios, sino recaudando dinero ajeno. Por supuesto, a ninguna de estas actuaciones se les llama caridad, palabra casposa y tercermundista. No son actos de caridad, ni tampoco actuaciones benéficas, son iniciativas solidarias, que suena mucho mejor.

Elena Alfaro.
(Imagen tomada de inquietanzas.blogspot.com
en el que escribe la señora Alfaro)
Las hay en versión nacional y también para el extranjero; de todos los colores. Una de las más llamativas acaba de ser puesta en circulación por una mujer madrileña, Elena Alfaro, madre de dos crías, que reta públicamente y por escrito a los jugadores de 'La Roja' a que donen parte de las primas que recibirán por jugar el Mundial de Fútbol, con la bienintencionada finalidad de pagar los menús de los comedores infantiles y alimentar a los niños necesitados. "¿No sería precioso que donaseis parte de vuestras primas para financiar los menús de miles de niños en España?", escribe la señora Alfaro.

Es una petición que la prensa del 'Glorioso Movimiento Nacional' y la propaganda franquista enquistada en los medios no gubernamentales de la época hubiesen aplaudido con furor. Es una propuesta caritativa, típica caridad financiada con dinero ajeno, y la caridad es enemiga de la justicia. La caridad prospera allí donde escasea la justicia. Por eso España es el paraíso de la caridad.

Es injusto que haya niños tan necesitados que hasta tengan que comer de la caridad de los comedores benéficos; pero es mucho más injusto que, para solucionar esa injusticia, en vez de exigirle al Gobierno que acabe con ella se inste a los futbolistas de la selección española a que contribuyan a paliar tan dolorosa carencia donando parte de lo que ganen en el Mundial.

Quien pretenda solucionar un problema social tan importante como es la falta de recursos que tienen muchas familias para alimentar correctamente a sus hijos, no debería enarbolar la bandera de la caridad tratando de conmover a los jugadores de 'La Roja', sino desplegar la pancarta de la justicia en las narices de los gobernantes. Y si no les satisface su respuesta, presentarse a las elecciones y tratar de cambiar la realidad desde el escaño. La promotora de la iniciativa ya consiguió el compromiso del Gobierno para crear un sistema de préstamos de libros de texto en la enseñanza obligatoria. La aplaudo. Ahora ha cambiado de objetivo y, en vez de dirigirse al Gobierno, trata de comprometer a unos futbolistas que no son responsables del problema. No puedo aplaudirla esta vez.

Casillas y Xavi, dos pesos pesados de la selección
 española de fútbol.
 (Imagen publicada por marca.com)
Cierto es que en España hay millones de ciudadanos sin empleo o con sueldos muy bajos y los grandes futbolistas ganan mucho dinero. Por supuesto, que unos trabajadores como son los futbolistas que juegan con la selección española en Brasil, puedan cobrar 720.000 euros cada uno si ganan la Copa del Mundo y, encima, los reciban por hacer horas extra cuando deberían estar de vacaciones, hiere la sensibilidad de muchas personas, especialmente de las más necesitadas. Pero no es menos verdad que ese dinero no sale de las arcas públicas, no lo aporta el contribuyente español, sino que lo pone la Federación Española de Fútbol que, y esto hay que tenerlo en cuenta, además de ser la única federación española que no percibe subvenciones estatales, recibirá unos 30 millones de euros si España gana el Mundial de Brasil. Con lo que ingresaría la Federación por ganar el Mundial hay para darle 720.000 euros per cápita a 41 personas (los futbolistas son 23) y aún sobraría dinero.

Y lo más importante: tantos los futbolistas como los técnicos de la selección tendrán que pagarle a Hacienda, a la brasileña, a la española, a la británica, a la alemana..., hasta más de la mitad de esos 720.000 euros de prima; entre 370.000 y 403.200 euros. Es decir, que un dinero que no sale de las arcas públicas ingresa en esas mismas arcas para financiar gastos públicos, incluido el de los comedores escolares. Esto sí es justicia, no caridad.

Así que menos caridad y más justicia, que una cosa es hacer caridad con las primas y otra muy distinta hacer el primo con la caridad. En todo caso, si se considera necesario que los mundialistas cedan sus primas o parte de ellas para darle de comer a los niños, debemos obligarles a hacerlo subiéndoles los impuestos, no reclamándoles solidaridad, pues la solidaridad o es voluntaria o no es solidaridad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario