domingo, 9 de diciembre de 2012


Puntadas sin hilo (24) 


Cuando la piel ya sólo es corteza,
rugosa cáscara del equipaje
para la vida, se vuelven tatuaje
las heridas que causa la tristeza.

Desde los talones a la cabeza
se reparten las cicatrices del viaje,
pues cuidamos tan mal del embalaje
que sólo cultivamos su belleza.

Viajar exige algo de coraje
y, de vez en vez, no poca destreza
para no perdernos en un paisaje

que vende el sueño como certeza
y cubre la verdad con tal celaje
que lo obvio es pura sutileza.

Pagamos en la piel el gran peaje
de vivir y vestir, zurcida pieza,
galas de persona y personaje.



(De mi poemario ‘La ausencia que te nombra’)

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