viernes, 21 de diciembre de 2012

El blanco plumón de las camisas
encala la tarde
que huele a juncia fresca,
a rezo de beata.
Los hombres uncidos al campo sacan del baúl
su mejor traje
y por un día olvidan la yunta y la senara
al murmullo de los pasos
que se alargan en hilera
bajo los balcones.
Con qué misterioso fervor
estos hombres
aúnan cada año su camino
bajo la misma imagen, por idénticas calles
en la misma y repetida procesión.


(De mi libro 'La tierra al fondo',
publicado en Badajoz por la Institución Cultural Pedro de Valencia, en 1980)

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