domingo, 18 de noviembre de 2012

Benjamina

José Joaquín Rodríguez Lara


INVESTIGADORES que trabajan en Atapuerca han recompuesto el cráneo de una niña que malvivió hace unos 530.000 años. Poco antes de nacer, a la criatura se le soldó la parte izquierda de la sutura lambdoidea, que articula el hueso occipital con los parietales y temporales, y su cerebro creció de forma asimétrica hacia la derecha. Además de afectar al cráneo, y probablemente a su capacidad intelectual y motora, la anomalía le deformaría la cara y la cría debió de tener la cabeza inclinada por tortícolis.

Un verdadero cuadro. Paleontológico, médico, sociológico y humano. La patología detectada en los restos de la niña encontrados en la sierra burgalesa se denomina 'craneosinostosis de sutura lambdoidea simple' y aún existe. Se registran unos seis casos por cada 200.000 nacimientos. Lo que ocurre es que ahora se opera. Es excepcional que en la muestra de 28 individuos desenterrados hasta hoy en la Sima de los Huesos haya un síndrome tan extraño. Sorprende que la 'craneosinostosis' más antigua documentada esté en Atapuerca - Burgos - España. Asombra que esa criatura deforme viviera hasta la preadolescencia, pues para ello necesitó ser cuidada durante años por los suyos. Pero, sobre todo, maravilla que esos cuidados, tan humanos y propios de la sociedad del bienestar, los realizaran unos individuos que no eran de nuestra especie -Homo sapiens-, ni de la especie que nos precedió en Europa -Homo neanderthalensis (hasta hace 30.000 años)- a la que nos comimos real o metafóricamente y aún no sabemos cómo ni el porqué, sino de una estirpe anterior a los neandertales -el Homo heidelbergensis (hace más de 500.000 años)-, que, sin Ley de Dependencia, sin hospitales ni Declaración Universal de los Derechos del Niño, vivió durante el Pleistoceno Medio.

Hace 530.000 años, la gente de Atapuerca, cuidaba a sus enfermos incurables. No hay constancia de ello, pero tal vez ya se practicase el aborto, pues las plantas abortivas son anteriores a la ministra Aído. Pudiera ser que existiera la eutanasia sin anestesia, aunque no hay pruebas para asegurarlo y, desde luego, había canibalismo. Ritual o gastronómico. En Atapuerca, el Homo antecessor (800.000 años atrás) se comía a los niños. Los restos del festín lo demuestran. 300.000 años después, su pariente el Hombre de Heidelberg cuidó a la niña querida de Atapuerca, Benjamina, que así la llaman.

Hay que suponer que lo hizo por bondad y que la invención de la ganadería vino después.

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