miércoles, 16 de septiembre de 2009

Zapatero no hace política

José Joaquín Rodríguez Lara


SUBE con facilidad, pero José Luis Rodríguez Zapatero es un mal alpinista. Llegó a la cumbre de un tirón con la ayuda de muchos amigos y adversarios y está bajando de ella a trompicones y dejando a destacados compañeros de aventura por el camino. En dos semanas se han soltado de la cordada presidencial los ex ministros Jordi Sevilla (de Administración Pública) César Antonio Molina (de Cultura) y Pedro Solbes (vicepresidente y de Economía). Antes se habían ido otros prominentes 'sherpas' de las finanzas y ya se especula con los próximos abandonos de más porteadores, lo que resulta una clara falta de respeto y consideración hacia los futuros huidos. ¿Cómo se van a ir ahora Bernat Soria (de Sanidad) y Mariano Fernández Bermejo (de Justicia y Caza) si ya están grabadas hasta las tertulias en las que se santificará su heroico abandono? Es vergonzoso que desde los medios de comunicación se les esté presionando para que se queden.

Pero basta de especulaciones; atengámonos a los hechos. ¿Solbes, Sevilla y Molina lo dejan por aburrimiento, porque el cansancio no les permite seguir los pasos del presidente del Gobierno o, simplemente, porque no quieren seguirle? Ni a Zapatero ni a sus pasos. ¿Y qué más da? Aunque no sea exactamente lo mismo, el motivo de cada una de las renuncias no altera lo ocurrido: se fueron, se van, se han ido. Se desentienden de un líder, de una expedición y de una montaña a la que dedicaron gran parte de sus energías. Y no abandonan al abrigo de un cambio de legislatura, camino del campo base, ni en la menguada repisa de un vivac, sino en mitad de la cuesta abajo y sin frenos por la que se precipita la realidad española. Son mártires de poca fe. Renuncian en una etapa en la que al Gobierno, a cada paso que da, se le abren grietas en el hielo de la gestión, del Parlamento, del partido, de El País y hasta de Público. Es un espectáculo nunca, o muy pocas veces, visto y no presagia nada bueno para nadie. Alguno, hasta tendrá que pensar en ponerse a trabajar.

¿Y qué puede hacer el presidente Rodríguez Zapatero? Hacer, lo que se dice hacer, Zapatero debería hacer política, pero ¿cómo va a hacerla sin casi no logra ya ni remendarla? Como siga así, hará bueno hasta a Rajoy, Mariano, el de la expedición sin líder de cordada.

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