miércoles, 14 de enero de 2009


Señales


José Joaquín Rodríguez Lara


LAS personas que conducen habitualmente no suelen caer en la cuenta, -sobre todo si llevan muchos años con carné o lo hacen por una vía que conocen muy bien-, pero el código de la circulación está lleno de burlas hacia el respetable. Y hay personas inteligentes, que aún no han pasado por la autoescuela, y se sorprenden de que se considere normal semejantes tomaduras de pelo.

¿No resulta burlesco colocar una señal anunciando la existencia de una curva peligrosa? ¿Qué es sino recochineo el que pasen las décadas y se oxide la señal mientras que la peligrosidad de la curva aumenta un año tras otro sin que nadie elimine el riesgo que conlleva circular por ella? ¿Es congruente reconocer la existencia del peligro y no eliminarlo?

Y, ¿qué decir del 'peligro, baches? Los baches no caen del cielo, como la nieve, ni los desparrama 'la caló'. Y no se presentan todos de golpe. Se tarda menos en eliminarlos que en tramitar la colocación del cartel. ¿Por qué dejan pasar años sin arreglarlos?

Luego están las señales de misterio, más propias de una película de marcianos que de la Era Google, que fotografía el mundo con sus automóviles de 'street view'. ¿Qué hay detrás de una señal de peligro indefinido? ¿Un control de la Guardia Civil, un atracador, un bache, un accidente, una curva sin peligro, un gobierno, un autobús ateo? ¿Hay que huir o afrontarlo?

También se ven señales a posteriori. Y no sólo esas que anuncian 'peligro, obras' mucho después de que las obras hayan terminado. El tramo de carretera entre Salvatierra de los Barros y Salvaleón estaba muy mal, con curvas muy cerradas, una calzada estrecha, sin arcenes, con el firme descarnado. Un desastre. Tan mal estaba que era buenísimo para disputar etapas espectaculares del rallie de la Vendimia. Lo arreglaron y quedó tan bien que ya no sirve para los rallies, por eso le han colocado un letrero enorme avisando a los conductores: ojo, peligro, carretera de montaña. ¿Y antes, qué era, de llanura?

Advertir y sancionar le encanta a los responsables del tráfico. Ayer empezaron a señalar, con carteles y radares, la existencia de 'puntos negros'. Para empezar le han cambiado el tamaño y el nombre. Ahora son 'tramos de concentración de accidentes'. Tienen 776 'tramos negros' y se han dado hasta el 2012 para solucionar la avería. La ministra Maleni y el ministro Rubalcaba están en ello.

-Y ¿por qué en vez de gastar dinero en señalizarlos no lo emplean en arreglarlos de una vez? 
-Resultaría carísimo.


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