sábado, 22 de mayo de 2010

Nuestro 'Carrusel'

José Joaquín Rodíguez Lara


ALGUIEN que descubrió la radio deportiva mientras escuchaba a Vicente Marco y que vincula a Joaquín Prats con Eurovisión, primero, después con el fútbol de los domingos y sólo en tercer lugar con el '¡a jugar!' de 'El precio justo', siempre tendrá un rescoldo de afecto para dedicárselo a 'Carrusel Deportivo', «el de los goles», que pregona Pepe Domingo Castaño con una emoción y un entusiasmo inasequibles al cansancio y al distanciamiento.

Por circunstancias tan comentadas ya por casi todo el mundo como incomprensibles todavía para muchísimas personas, 'el Carrusel' se nos ha roto cuando más sólido parecía, cuando era la estrella del dial y la nave capitana de las audiencias radiofónicas deportivas. Queda el nombre, el formato, el horario, los contenidos, pero a partir de ahora, con la marcha de Paco González, de Pepe Domingo Castaño y, previsiblemente, de otros significados integrantes del equipo que ha hecho de 'Carrusel' una referencia de comunicación, el programa será distinto. Incluso puede que llegue a ser mejor, pero será otro 'Carrusel', tendrá otros oyentes y le dará un sabor diferente a los domingos.

Más allá de informar, que informaba y mucho, de entretener y de divertir, el 'Carrusel' ha sido durante los últimos años un encuentro de amigos, una fiesta de mucha gente famosa, que se conocía desde hacía años y se divertía trabajando, seguida por millones de oyentes anónimos a los que la magia de la radio convertía, por unas horas, en 'amigos de toda la vida', cuando no en casi familiares, de Paquito, de Pepe Domingo, de Oli, del gran Guasch, de Poli Rincón, de Laurita y hasta de Morata y de Cañizares.

El responsable de que surgiera ese clima de amistad, de abierta juerga informativa, de gran club de los goles, es sin duda Paco González. Es muy difícil ser a la vez -y demostrarlo en las duras y en las maduras- director y amigo, jefe y compañero, maestro y aprendiz, hechicero y gafe. Todo en la misma pieza. El señor González lo ha sido; Paquito, lo es; allí donde vaya, 'Nostrapacus', mantendrá sus poderes, en los que, en principio, está incluida buena parte de su audiencia.

Lógicamente, el mérito no ha sido sólo de Paco González. Él mismo reconoce que nada hubiese podido hacer sin su equipo, pero tampoco el equipo habría conseguido tanto reconocimiento público sin el trabajo que ha realizado Paquito como catalizador de esfuerzos y de habilidades. Por eso, pocos podían imaginar que pasara lo que increíblemente ha pasado, aunque en el 'Carrusel' de Paco, podía pasar de todo.

De hecho, para que pasara lo que no pasaba estaba él, con sus 'profecías'; para que la publicidad pasara de ser una cuña a todo un espectáculo, siempre estuvo Pepe Domingo Castaño y su 'coro de niños cantores'; para contar lo que pasaba en el campo, nadie como Oliveros; para no dejar pasar ni una, como ahora -con toda razón- no le pasan una a él, Manolo Lama; para analizar con profundidad el porqué no podía pasar lo que estaba pasando ni pasaría nunca lo que acababa de pasar, poniendo de los nervios al respetable, Poli; para pasarse tres pueblos, Alcalá; para repasar el pasado, Petón; para no pasar desapercibido, el árbitro.

Y para pasárselo en grande escuchando la radio, nuestro 'Carrusel', de Paco González.


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