martes, 10 de enero de 2012

Cuatro coches de una tacada


José Joaquín Rodríguez Lara


A Juan -usted perdone que no le diga los apellidos para preservar su identidad- le cambió la vida el viernes, cuando acertó el premio de primera categoría en el sorteo de los euromillones. Más de treinta y seis millones de euros dan para mucho, aunque la persona que los recibe no piense en volver a trabajar en la vida. Entre otras cosas porque está cerca de la edad de jubilación. Juan, que tiene digamos que más de 60 años, está casado y tiene dos hijos, ya criados. Es de Badajoz, pero efectivamente, también es vecino de Gévora, pedanía pacense. Me asegura quien lo conoce que no es bombero, pero sí muy buena persona y que se merece este regalo de la fortuna. Su familia tenía una tienda en una barriada pacense muy conocida. De ella vivían hasta que el negocio empezó a ir mal. En los últimos tiempos, Juan no lo ha pasado muy bien que digamos, todo lo contrario. Pero el viernes cambió todo. Y como el dinero, cuando llega de golpe y en abundancia, es para disfrutarlo, con lo que antes o después sale a relucir, Juan pasó ayer por la tarde por un concesionario de automóviles en Badajoz y se compró cuatro coches de lujo; para él y para sus familiares más directos. E incluso se quedó con las ganas -ya se sabe que el dinero no da la felicidad, aunque evita muchos disgustos-, de comprarse otro más, también de lujo. No pudo porque esa marca no tiene concesionario en Badajoz. Todo se andará.



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