miércoles, 29 de abril de 2009

Ya está aquí


José Joaquín Rodríguez Lara


Anda medio mundo embozado de rosa, tratando de asustar al miedo, y España centra el objetivo de su rosáceo interés en un ejercicio taxonómico de machismo.

- Espejito, espejito, dime ¿quién es la más hermosa del reino?
- ¿Por delante o por detrás?

Por detrás y por delante en este país que ya sólo le gusta a los turistas, y cada día a menos de ellos, hasta los espejos están mediatizados y son incapaces de reflejar la realidad sin pasarla por el Callejón del Gato de sus obsesiones. En el periodismo de nuestros días, la verdad se muestra tapizada de espejos de la risa y los mismos hechos pueden ser altos, bajos, gordos, flacos, cabezones, microcéfalos o inexistentes dependiendo del azogue que los refleje.

- Es lo que tiene el poner a tanto feriante al frente de la caseta.

También hay espejos planos, pero son los menos y muy poca gente repara en ellos.

Convertirse en Princesa de Asturias -con todo lo que conlleva el empleo-, habiendo salido del rosa pastel de los telediarios de Urdaci, aunque se informe desde las mismas tripas del chapapote, es muchísimo más difícil que llegar a Sarkozy siendo Carla Bruni o cualquier otra modelo de medio fuste. No hay equiparación posible.

- Se puede comparar el glamour.
- Sí, y los kilos de carne de cada una de ellas, también.

Es una pelea de necios, una apuesta machista e intencionada por la superficialidad. Si las imágenes de una visita de Estado se resumen en mostrar la espalda y sus aledaños de dos mujeres que desempeñan un papel destacadísimo, pero secundario, en sus respectivos países -de cuna o adopción-, hubiese sido mucho más barato haberles organizado un mano a mano en la Pasarela Cibeles y emplear todo el esfuerzo y todo el dinero -público y privado- que consumen este tipo de viajes en la compra de antivirales y mascarillas.

Rosas, a cuadros, de alta costura, de baja cama o de prêt-àporter. Lo que sea, pero que nos proteja de la gripe porcina que ya está aquí, en España y, según las últimas sospechas, revolotea por Extremadura. Tiene un trote cochinero este virus que ya lo quisiera para sí el fórmula 1 de Fernando Alonso. En dos días cruza el Atlántico y nos viste a todos de atracadores.

- «No corta el mar, sino vuela...».

Se conoce que gasta doble difusor.
Y peor leche que la Patiño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario